Un moái es una estatua de piedra monolítica que sólo se encuentra en la Isla de Pascua o Rapa Nui.
La extraordinaria proliferación de monumentales estatuas de piedra constituye una de las expresiones más relevantes de la cultura Rapa Nui. Estas personificaban a los jefes fundadores de diversos linajes y son parte del culto a los ancestros deificados, común en Polinesia. Existen alrededor de 1000 estatuas en la isla, correspondiendo la mayoría a una sola forma estilística tallada en toba volcánica en las canteras del volcán Rano Raraku, donde aún permanecen in situ 397 moai.
El significado de los moáis es aún incierto, y hay varias teorías en torno a estas estatuas. La más común de ellas es que las estatuas fueron talladas por los habitantes polinesios de las islas, entre los siglos XII y XVII, como representaciones de antepasados difuntos, de manera que proyectaran su mana (poder sobrenatural) sobre sus descendientes.
Las estatuas se pudieron haber creado en base a la imagen de varios jefes supremos. Se estima que no eran esculturas individualizadas del retrato, sino representaciones estandardizadas de individuos de gran alcurnia. El moai puede también llevar a cabo un papel sagrado en la vida del Rapa Nui, actuando como conductos ceremoniales para la comunicación con los dioses. Se piensa que su posición física entre la tierra y cielo los pone en la tierra secular y sagrada; secular en su representación de el jefe y su capacidad del de apoyar físicamente encima el cielo, y sagrado en su proximidad a los dioses divinos. El moai media así entre el cielo y tierra, la gente y los jefes, y los jefes y los dioses.


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